El día que nos hicimos amigas
El día que nos hicimos amigas
Un día, iba caminando por el campo cuando escuché una voz muy finita que me pedía ayuda. Miré hacia todos lados y no veía a ninguna persona cerca. Entonces, volví a escuchar la voz que me decía:
—Humana, mira hacia abajo, ¡me vas a pisar!
En ese momento, miré hacia abajo y allí, en medio de la naturaleza, se encontraba una pequeña flor. Estaba siendo tapada por una bolsa de nylon que no le permitía respirar; apenas un poco de luz y aire llegaban hasta ella para poder sobrevivir. A pesar de su pequeño tamaño, tenía un carácter muy fuerte, y con esa fina voz gritaba:
—¡Al fin me ayudaste! Pensé que ibas a seguir tu camino.
Yo, totalmente impactada, no lograba que me salieran las palabras. Cuando por fin pude expresarme, le dije:
—No sabía que las plantas hablaban.
A lo que me respondió:
—Claro que sí hablamos, pero nos gusta escuchar y hablar solo cuando es necesario.
En ese momento decidí sentarme a su lado, y créanme, fue la mejor decisión de mi vida. Porque gracias a ella aprendí muchas cosas y, hasta el día de hoy, somos amigas.
Danna