El Mito de la Cebolla Andante

 


Hace mucho tiempo, en la tierra fértil de Yumalia, los dioses crearon un jardín sagrado donde crecían los vegetales más exquisitos. Pero entre ellos, una cebolla especial cobró vida. Sus capas brillaban como el oro al sol, y sus raíces se separaron del suelo, permitiéndole caminar como un hombre. Así nació Alliun, la Cebolla Andante.
Los dioses le dieron una misión: viajar por el mundo y enseñar a los humanos el arte de la paciencia. "Porque así como una cebolla se construye capa por capa, también la sabiduría y la fortaleza se ganan con el tiempo".
Pero los hombres no entendieron su mensaje. Al verlo, lloraban sin razón, pues el aroma de Alliun era tan intenso que sus ojos no podían soportarlo. Lo rechazaban en los mercados, le cerraban las puertas y hasta intentaron cocinarlo en un caldero gigante. Pero cuando lo cortaban, sus capas volvían a regenerarse, y la Cebolla Andante seguía su camino, incansable.
Con el tiempo, algunos sabios comenzaron a comprenderlo. Decían que aquel que pudiera ver más allá del ardor en sus ojos encontraría la verdad. Y así, con paciencia, los discípulos de Alliun aprendieron que cada lágrima que derramaban no era sufrimiento, sino crecimiento.
Se dice que, en noches de luna llena, la Cebolla Andante sigue recorriendo el mundo. Y si alguna vez cortas una cebolla y sientes que tus ojos arden sin control, es porque Alliun ha pasado cerca, recordándote que el verdadero conocimiento siempre exige sacrificio.

 

 

 

Volver a MITOS

 




Entradas más populares de este blog

¡Bienvenidos a nuestro portal!