El origen de las auroras
El origen de las auroras
Hace siglos, en una era tan lejana que ni el cielo conocía las almas, una mujer llamada Viridia dio a luz en una fría noche de invierno. Pero el destino fue cruel: ni ella ni su hijo, Azuen, sobrevivieron.
Cuando despertó, ya no era humana. Su cuerpo era un resplandor verde que flotaba en la nada. A su lado, un alma roja, Rohzan, observaba con confusión:
—¿Me acaban de matar? El rey Diselbedix me atravesó con su espada, pero no siento dolor...
Viridia y Rohzan pronto se unieron a un pequeño destello azul: Azuen, el hijo que Viridia nunca vio respirar. Una diosa apareció ante ellos:
—Soy Aurora, diosa del cielo. Ustedes son las primeras almas humanas en quedarse aquí. Les daré un lugar.
Aurora envió a Rohzan a lo más alto del cielo, y a Viridia, cerca de la Tierra. Azuen debía regresar para intentar vivir.
Así, Rohzan y Viridia brillan en el cielo, iluminando el camino de Azuen, quien renació en la Tierra. Ellos son las primeras auroras, luces de almas que esperan el regreso de quienes dejaron partir.
Estefanie Silva 9no2