Las estrellas

 

Las estrellas



Antes que los humanos existieran, había una ciudad super avanzada donde todos los animales y bichos convivían juntos. Pero había un detalle, aunque la ciudad era hermosa, las noches eran solas, ya que no había estrellas.

Capella, Una bichito voladora de una amplia familia pero sin rango importante, estaba en su casa cuando recibió una carta, al abrirla encontró:

"Te espero en mi casa el próximo sábado para mi cumple!!

-Sirius"

Era su mejor amigo, Sirius, un zorro. Bastante conocido, ya que sus padres eran los alcaldes. Capella sabía una cosa, la fiesta NO seria chica, conociendo lo extrovertido que es Sirus. Tanto como estaba contenta de que la hubieran invitado, estaba nerviosa. No conocía a  nadie que asistiera, además que le daba miedo que se rieran de ella por no ser nadie importante, tenía una preocupación gigante. No sabia que regalarle.

Sirius lo tenía todo, literalmente,  todo lo que pudieras pensar, él lo tenía.

Capella recordó algo, Sirius era muy fan de las leyendas. y había una que le gustaba más que las demás, una leyenda sobre millones de fueguitos en el cielo que se podían ver de noche.. se llamaban estrellas.

Capella pensó. Habló con sus hermanos, y acordó un plan. Ella estaba segura que este sería el mejor cumpleaños que Sirius podría tener. 

LLegó el sábado, cumpleaños de Sirius. Sirius, incluso aunque tenía a media ciudad ahí, noto que su mejor amiga no estaba a la vista. Cuando le llegó un mensaje: Ve afuera.

Desconcertado, Sirius salió, para encontrarse a Capella y a todos sus hermanos sosteniendo dos fósforos prendidos en cada mano. En el momento que vieron a Sirius, Capella y sus hermanos volaron rápidamente al oscuro cielo, lo más rápido y alto que pudieron,  y tiraron los fósforos antes de descender al suelo nuevamente.

Cayeron fósforos apagados, así que Capella pensó que su plan no había funcionado. Hasta que vio la cara de asombro y felicidad en Sirius. Miro hacia arriba, y ahí estaba el fuego de los fósforos. Las estrellas.

El no podía caminar.  Pero, intentó. El quería correr porque le gustaba. Pero fue con otro animal, pero este no lo quería. Así que lo sacó pero después el animal le pidió disculpas y el caballo al fin pudo cumplir su sueño y fue feliz para siempre.

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